Señor Director: ¿Acaso perdimos “nosotros”? ¿Ganaron “ellos”? Ciertamente nosotros caímos en una trampa al abrir la puerta de una discusión constitucional para salir, tras el mal llamado “estallido social”, de una extorsión política. Sin duda que el rechazo del proyecto constitucional de la izquierda fue una victoria del sentido común y la sensatez. Quedó meridianamente claro que la común aspiración e identidad con la cual la mayoría de chilenos se siente cómoda, no pasa por una exótica refundación izquierdista. No obstante optamos por mantener abierto el debate y seguir avanzando por el mismo resbaladizo camino de la discusión constitucional. Hoy hemos vuelto a fojas cero. Sin embargo nuestra impericia política no implica necesariamente que hayamos “perdido”. Sí implica que la izquierda fue más efectiva en su mensaje sobre los supuestos peligros de indefensión en que quedaría la ciudadanía con una cierta reafirmación del liberalismo y una noción más tradicional de sociedad. Posicionar a republicanos como de extrema derecha, con la concomitancia de algunos sectores de la centroderecha, sin duda fue un gran éxito de la izquierda. Salvo lamentar cuatro años perdidos, el gasto de esta extravagancia y seguirle el juego a la izquierda que se recompone después de su abatimiento, quizás la lección que nos da el electorado no es tan mala después de todo. ¡Corten con estas tonteras! ¡Es la inseguridad, la corrupción y la economía, estúpidos! ¡Estas cosas tan esenciales no se resuelven con discusiones constitucionales! A prepararse entonces para mejorar el criterio político y las elecciones que se avecinan. ¡Queda abierto el espacio para un Milei de verdad! Nicolás Ibáñez Scott
